martes, 12 de enero de 2010

Fernando Callero


Hombre a la luna

¡Oh!, ¿la Madreselva me oyó?
¿Nadie me oyó?
¿ni yo?
y eso que dije fuerte.

Mi madre, por ejemplo,
le dio
a mi Padre una versión
a la carte.

¿Es que no supo escucharme?

Él me convocó a su estudio.
Sostenía la bandeja y el bol
sobre el regazo.
Detrás de las cortinas
la Madreselva seguía oyendo.
La tele encendida y oblicua
se robaba los rabillos
con imágenes de la Guerra.
Hasta que el control remoto
blandió su mano
y el silencio se expandió
temblando.

El viento hizo chasquear las cortinas,
o quizás la Madreselva
dejó escapar una sílaba.
Y el Padre así me habló

Acabo de recibir
una noticia de ti
y aún no estoy preparado
para elevar un juicio.

El tiempo, si es justo,
dará cuenta del asunto.
Si es malo, dejará regusto,
si pasa, sólo un sinsabor.

Después de semejante dolor
abandoné la casa.

Voy con la Madreselva en su lata
y en su doble fondo mi dote.

Mi guitarra, donde va,
mi cuaderno de estribotes,
y mi pluma.

¿Soy un Nuevo Hombre a la luna?

¿Am ai a man at de mun ?



Historia del Rock
(Al poeta Daniel Durand)


Cuando era niño
un poco menos que ahora
mi madre me llevó a ver Rafaella Carrá
a la cancha del Club "lobo" Libertad
de Concordia

un rato antes, se peleaba
con papá dentro del auto

porque después de dar un rodeo
a la manzana del club vibrante
iluminado
el viejo volvió a casa
obsesionado

con que estaba lleno de negros,

y ahí nomás dejó el Renaul 6 presentado
en la entrada del garage
y fue justo antes de entrarlo
que empezaron a pelear

Mi vieja dijo: "gurises,
salgan, vamos caminando,"
y ahí nomás tiró el portazo
y se puso a caminar
por Bolivia, cuesta abajo,

mi hermano y yo detrás corriendo
cagados, pero contentos.

Mientras nos acercábamos
al "Lobo", por una calle oscura
temiendo
todo el tiempo
que mi viejo
nos siguiera
con el auto,
haciendo bardo,
el corazón me dio un vuelco
al escuchar los primeros compases
de ese gitazo que fue
Pedro, Pedro, Pedro, Pé

Los envidiosos del barrio,
vale decir, casi todos
nosotros, los del Lezca, la nuevita y compadrona
"clase media", toda hecha de pela gatos,
devenidos propietarios por beneficio del Banco
Hipotecario, decían que la mina no cantaba,
que hacía play back
por malicia lo decían, aunque yo creo que también
por la leche de curtir esa palabra nuevita

Otros mal paridos sin reparo
se iban de boca diciendo "ni siquiera
esa gurisa de las giras debe ser la Rafaella"

¡Cualquiera!

Hicimos la cola y volando
nos metimos en el campo yendo a ciegas
entre las filas de sillas, "¿dónde estarán
las nuestras?"

y el escenario, un incendio de luces
sobre el carré más volado que yo hubiera imaginado

los bailarines no sólo bailando
sino también construyendo puentes y escaleras
a la dama, saliéndole al paso
con maletas naranjadas, sin siquiera titubear
ella pisaba y se elevaba ¿todavía más?, como en el video
inexplicable de ella cantando y bailando sobre un ala
de un avión gigante de Alitalia

Ya no me acuerdo de nada
más que de haber pensado, cuando lo vi dormido
a mi hermano, en la falda de mamá
"¡qué no va a ser Rafaella!,
otra ya se habría quebrado."

................................................

p.d. ¿cómo no llevar clavada
para siempre en el costado
semejante lanza verbal
"He sabido que es peligroso
decir siempre la verdad"
más semejante Body colorado?



El vestido de tarántula

El roce de plumas
del vestido de tarántula
que once laboriosos pares
de manos de comadres
perpetuaron en un ritual nocturno
de mayor densidad quizás que la boda misma
para la que fuera dispuesto...

El contrapunto metálico de broches
el susurro deslizante de la seda del forro
el estertor opaco del bonete al caer de boca
sobre la alfombra de retazos
y el maldecir de comisuras apretadas
sobre un hazmerreír de agujas de plata
las volutas de aliento tibio
del café, del mate, del jugo de paraguas,
el bostezo, el sorbete,
el rayón del mocasín de clavos
sobre el parquet espejado
en el pasillo que va al baño,
las interferencias de la emisora
que las acompañó toda la noche con música
y los bocinazos de remises al alba
el apremio de maridos celosos
con hijitos cabeceando dormidos
peinados para catequesis

el llanto de la que recordó su propia boda
el moco de la que se contagió y le trajo agua
las explosiones de besos
y el ¡Dios me libre! de la que volcó
café en la máquina...

El roce de plumas
del vestido de tarántula
contra los bancos de la iglesia
contra la balaustrada de mármol del altar
contra las braguetas
del novio
de los tíos
y primos en la pista
un repiqueteo de púa al correr
sobre el surco del disco
un chasquido envidioso de lengua
del pretendiente aquel que se durmió
en su puesto del correo
el chapoteo nervioso del novio
al huir con ella upa
entre los charcos de sidra
el desgarrón de la tela
en la puerta del citroen
el bocinazo y el crujir de las llantas
sobre el empedrado
y el cantar verdoso de los chupados...

Viento caliente entrando
por las ventanillas, en la ruta
y el ahora sí, al cabo de horas
ahora te creo
para el motor y bajemos, ¡ese tumulto!
¡ahora te creo!

un Iguazú soñado entre la selva
un Iguazú nominado al Oscar
horadando la corteza del mundo al caer
recibe ahora esta ofrenda de plumas negras
esta tarántula por única vez sudada
y se la lleva
a un lugar
donde nadie puede imaginar
que alguien la necesita
pero ¿quién le hace entender esto
a la novia?

Nota:Nacido en Concordia, Entre Ríos, Argentina, en 1971. Desde 1990 radicado en Santa Fe y desde hace 13 años en Santo Tomé, ciudad que ama.
Publicó el libro de cuentos "El ojo de Víctor", Ediciones bajo la luna, Rosario,1999; "Ramufo di Bihorp", poesía, "Premio Provincial de poesía José Pedroni 2000", Santa Fe, 2001. Por su cuenta: "Aniversario", libro de poesía con CD de canciones del autor (escuchar en http://www.purevolume.com/yasnaia ) "El Amor", "La cotilla de la lengua" y "Romance de Mario y Rosa" y "Poesía castellana", ediciones artesanales a cargo del autor. Ediciones Bajo la luna, de Buenos Aires publicó "El espíritu del joven Borja", novela marina escrita en Ibiza entre 2001 y 2003.Editorial Chapita publicó "Joya" (2009).

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