viernes, 30 de abril de 2010

Diego Rosake



Veinte causas

del sabor de invierno
en los paseos de Juan:

la noche que no aparece
o el misterio disfrazado de morocha

el frío al final de sus orejas
o algún vino entre fuegos añorado

sus zapatos que no gritan
la vejez que lo acurruca

el naranjo en flor aún sin flores
el gusto que perdura entre sus dedos

las hojas que no llegan a ser cruces
y la muerte un poco más lejana

y otras diez

el poder nadar sin caracoles
el saber morirse entre sus dientes


Entonces Juan comprendió
que la mujer perfecta
no existe

todas
-incluso María
con su almacén de esquina y caderas-
acunan en su vientre
cierto complejo trasnochado
o melancolía posorgásmica

su atroz descubrimiento
lo dejó abatido de primera
furioso de segunda
sereno de tercera

no supo qué gritar
o qué exigirles
por qué correr
o con quién dormirse
pero lo cierto es que
desde entonces
apenas si les teme o idealiza
incluso
-sostiene inconmovible-
hasta en las noches de lluvia
se corre sin paraguas
en busca de una teta



EN LA ESQUINA DE CHARLONE Y VIAMONTE, SOBRE UN SUELO CADA VEZ MÁS COMPRENSIVO, EL CUERPO DE ANTONIO RECUERDA SUS FELICIDADES.
19:45 hs.

Duele el huevo
la hernia el hambre
por lo menos el cuerpo aún responde:

se acuerda de sufrir el vacío
la ausencia de comida o calor
la ausencia

a través de mis manos puedo ver llegar
a la patrona
y sí
alguna vez hubo una patrona
de muslos fuertes
y abrazos

que sabía
de compartir puchero y ausencias
la ausencia
la patrona ausencia
la ausencia de la patrona
de ella

y hacete ver decía
y yo tinto
y hacete ver
y yo más tinto
y hacete
y yo todo el tinto del mundo
que entiende de dolores
más que una junta de médicos

Nota:Nació por azar o destino en Bahía Blanca, una calurosa mañana de enero de 1979. Producto no reconocido del sistema educativo, fue beneficiado con los títulos de Profesor de 1º y 2º ciclo de EGB y Profesor de Filosofía. En febrero de 2002 parió, casi sin darse cuenta, su primer hijo en formato de libro al que bautizó con el nombre de Desesibilizarnos, hoy una verdadera pieza arqueológica-literaria. El final de 2004 lo encontró casado con Cristela, mujer ejercitada en el arte de soportarlo estoicamente. Glándula, su segundo intento de tropezar con la misma piedra, tomó su bocanada de aire inaugural en julio de 2005. Se comenta que en la actualidad gusta de jugar a la enseñanza en algún que otro instituto de la ciudad.Es director de la editorial Hemisferio Derecho.

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