jueves, 16 de septiembre de 2010

Diego Suarez


Nokia o muerte

me convertí en un hombre nervioso
debido a la mera existencia
de la telefonía celular obligatoria


las publicidades y los jingles
se confeccionan en torno a frases hechas
(porque el lenguaje
hace rato que está hecho),
frases como “la libertad de comunicarte siempre”
o “donde quieras, como vos quieras”

y sin embargo llevo en el bolsillo
un elemento que me vincula minuto a minuto
con la locura y la tragedia ajena

extraño las citas consensuadas
con muchos días de anticipación
de los amantes sin teléfono

el tiempo para vivir sin imprevistos,
el misterio del desencuentro
inexplicable entre la multitud

¿dónde descansarán los pagers,
los desgastados cospeles
de los teléfonos públicos?

¿en qué lugar
de esta ciudad no hay señal
para decir que “no había señal”,
en qué lugar?





Tinieblas

el destartalado ventilador Tophouse
detuvo su marcha enclenque


otro apagón en Villa Crespo

con la luz de un encendedor
ilumino a un mosquito picando
la parte superior de mi entrepierna

prendo todas las velas
que encontré a tientas
en el último cajón

aunque en rigor no tenía planeado
más que tirarme en la cama
y pensar

el sudor estival
forma meandros en mi espalda
que detengo con una servilleta
de papel tissue

la luna llena llena la calle
los autos vuelan sin los semáforos
y sobre Corrientes aguarda el tren

un cartonero de San Miguel

los dos sacamos provecho
de estas tinieblas pasajeras:

sobre la cortina de la farmacia
él talla un “aguante el trueno verde”
mientras yo pispeo por la persiana
el contorno de mi vecina cuarentona

ninguno de los dos gozamos
de las ventajas del aire acondicionado
pero pagamos
los excesos del pelotudo
que pone splits hasta en el baño

igual, ahora nos reúne

a los villacrespenses
cierta desesperación
por volver a nuestro tiempo

al fin y al cabo

todos esperamos con fruición
por la cuadrilla de Edesur

mientras tanto me pregunto
si cuatro velas encendidas
no serán demasiadas
para este breve monoambiente




Villa Crespo

vivo en un edificio tan oscuro
que no se ve ni desde el Google Earth
torres vecinas proyectan sombra
sobre las plantas que no regué

por Juan B Justo se expande el Zonda
villacrespense, violento y fatal;
apura el paso el vendechurros
que al fin en Warnes ganará su pan

cae la helada del amanecer
voy hacia el parque buscando sol
los carteles de inmobiliarias por doquier
confirman que el mundo nos abandonó


Nota:Diego Suarez nació en Buenos Aires, tiene 31 años y dos hijos. Obtuvo el Premio especial del certamen Aguante Buenos Aires 2003 (organizado por el Gobierno de la Ciudad de Bs. As.), en la categoría "Crónicas urbanas". Trabaja en la industria televisiva y está terminando la carrera de Letras (UBA). Escribe el blog de paternidad Hijos Nuestros (http://weblogs.clarin.com/hijosnuestros), que sale por Clarín.com.

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