jueves, 9 de septiembre de 2010

Fernando Aita


La lucha

Carisma bruto y los brazos de un oso.
Pensaba ganarse la vida sin gastarse
el lomo como los trabajadores:
a los golpes. Pero no se llega
sin disciplina, sin obediencia:
el que madruga y acata, sirve;
y el que no, está en la lona.

Hizo guantes, le daban
unos pesos, y se ganó la simpatía
de Don Chicho. Las canas doradas,
dos dientes, la joyería, como un señor feudal,
distribuía la riqueza entre los necesitados
para tomar el bombo, la bandera, la calle.
Y apadrinó al crédito local
en un plantel de lucha libre.

Peleó con falsos titanes
por la periferia. La fama,
ajena: una máscara roja.
Nombre doble y doble vida.
Comienzo entre abucheos,
que bancan el espectáculo, con los malos
ventajistas y mañosos. Hasta los buenos
gestos, y la frecuencia en el triunfo,
que todos adoran. Bueno y malo
es una lucha de matices.

Miden sus fuerzas los rivales,
los compañeros en el ring,
saludo desde orillas,
y al centro de un salto,
retumbar de maderas,
choque calculado,
danza forzuda,
giros de colores,
vuelcos, estrépitos
de tablas, barullo de tribuna,
cuenta, contra, cuenta,
las manos arriba.

Admirado del tumulto infantil,
atrás del telón, sin disfraz,
se convierte en lo que es:
uno
entre tantos, en la lucha privada
de público, que busca ganar
algo.


De Épica chusma (2007)




Forastero

Estoy en Babia, llevo lentes de sol
y auriculares: la tarde está blanca
de luz y ensordece el barullo.
Traigo las suelas flacas,
en la ropa el polvo de los caminos,
la piel de la cara quemada.

Quiera o no, subrayo la frontera.
Soy el que alienta los deseos
de traspasarla y el argumento
del que monta guardia.
Lo diferente nos tira
como temor o deseo.
Pero ¿me van a repeler o asimilarme?
¿Soy una amenaza? ¿Un mensaje
de invasores? ¿Un pionero del exilio?
Uno que desafía la armonía:
¿qué nos une y nos iguala?
¿Qué nos distingue?

Me buscan rasgos familiares,
me interrogan centinelas:
“¿Qué dejaste atrás?"
Tierra.
“¿Qué se te dio por meterte en esta?"
La vida cuesta menos,
se ve más horizonte.
“¿Tan fuerte es la esperanza
para mandarte a territorio ajeno?"
¿La esperanza es quedarse?
Yo le tengo fe a mis pasos.
“¿Qué llevás en la mochila?"
Papeles, unas frutas, un licor.

Diviértanse con los apodos,
con los ademanes que tapan
los huecos entre mis palabras,
con la tonada antes de que se diluya
y se me pegue la música de su dialecto.

El futuro me reclama
la memoria,
lo mismo que el pasado,
que se borra
y se reescribe.






Intemperie

El canillita se refugia en su puesto,
su gorro y su bufanda.
Las lágrimas no son del frío.
Acaba de recibir noticias.
Un mensajito de su novia.
“Tenemos que hablar”.






Adiós

Salimos del café y de nuestras vidas,
con sonrisas resignadas y un abrazo.
Cada uno con dos juegos
de llaves propias.

De Lengua extranjera (inédito).


Nota:Fernando Aíta nació en Avellaneda, Buenos Aires, en 1975. Estudió Letras e Inglés. Escribe. Publicó Épica chusma (Ediciones del Dock, 2007). Participó en Poesía en tierra (FCE, 2005) y Antología de Ensayos En Vivo Vol. 1 (Ensayos en libro, 2009). Colabora con textos e ideas en distintos proyectos: GraFiTi -escritos en la calle-, Ñusléter – 24 hs. de literatura, Ñuspéiper, Cámara Flashera, Adonde va la lluvia, Ensayos en vivo, LosMalllevados…
Le interesan las relaciones entre comunicación y creación colectiva.
www.fernandoaita.com.ar - fernando@niusleter.com.ar

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