martes, 31 de mayo de 2011

Santiago Llach



Eggers

Corre diciembre de 1990
Es un viernes en la noche, y en una
antigua fábrica de cigarrillos
en la que otros justifican la caída del muro de Berlín
y sus derivaciones vernáculas con ecuaciones lógicas
que en última instancia van a morir
en una modesta proposición del alemán Frege
o en un breve panegírico
del inglés Alfred Tarski, o bien
dotando a todas las interpretaciones,
exageradamente, de un tufillo ininteligible
que leídas de un modo
podrían tacharse de ejercicios literarios a la manera
de Michel Foucault, yo
escucho a Conrado Eggers Lan
Es el último ejemplar
de los filósofos de alguna especie
Uno más de los equívocos
abundantes que nos legaron los años sesenta:
ese hombre alto, refinado, etcétera
tuvo como padre y madre ideológicos
a los mismos que ese aborto
llamado Organización Peronista Montoneros.
Ah, pero ese cosmológico Max Scheler
ese amigo del magnífico
Rodolfo Mondolfo, expone esa noche
su metafísica personal
A ella recurriré cuando más tarde, a los 4,
León aún ni siquiera imaginado me pregunte
qué hay atrás de todo,
en el cielo, y yo busque algo más
que la negatividad cultural de la época
y la afirmación trascendente más banal:
ahí vive, le diré, el soporte de todas las cosas,
la suma de los deseos y lo que provoca mayor asombro
entre todos nosotros.






Nueva narrativa argentina

Mi novia y mi ex-mujer están en una antología
de la nueva narrativa argentina.
El editor organizó un asado en Don Torcuato
para festejar la aparición del libro.
Como los domingos mis hijos están conmigo
y la separación es más o menos reciente
ni ellos ni yo vamos a ir al asado.
Ana, mis hijos y yo
despertamos ese domingo
en el departamento hermoso y decadente
que Ana tiene en el Once.Pero Fiona se enteró del asado
y quiere ir con la madre.
Después se entera Benicio
y también quiere ir al asado.
La combinación automovilística es compleja
pero el resultado es este:
una hora más tarde,
desde la puerta de una casa hermosa en Barrio Norte
en la que solía dormir
arrancan dos autos.
En uno van mi novia, mi hijo y tres escritoras.
En el otro van mi ex mujer, mi hija, tres escritores y una pelota de fútbol.
Mi novia y mi ex mujer son las conductoras de los autos respectivos.
Yo me voy caminando con el bolso negro
que me acompaña en mi vida nómade.
Esto es lo más importante que le pasó a la literatura actual en los últimos años,
al menos desde mi punto de vista.





Paz romana

Esa noche , el poeta no recibe
la visita de las musas. Figli,
escribe, estoy entrando de lleno
a la era de la verdad. Quizás
los años contemplen como exceso
lo que para mí hoy es pura
intuición. Corre abril
de 1991. La última tormenta del verano
estira sus efectos más visibles:
un cielo de nácar, el silencio húmedo
de un pueblo de la costa sólo
interrumpido por los más precoces
de los miembros de la raza
nocturna de los grillos. Figli, repite, como /calando
el blanco de una hoja con tinta
indeleble. Pero ese hombre
ya no será visitado por las musas,
al menos por diez años. En cambio,
aliviará
la angustia que le causan sus dolores más /secretos
como capitán de un regimiento de artilleros.
Un regimiento de artilleros, sí.
La expresión es correcta; ahí
en el caos voluntario, dedicará
los días de franco a burilar su sintaxis.




La Única Antología en la que Yo Quería Estar


¿Quién es ese pordiosero
que entra al mediodía a Banchero
a comer de parado?
Cuando paga
ya no lo pueden echar.
Soy yo
el que ves bajar por la montaña.
Traigo novedades
de la cueva del sacrificio.
Soy yo el que se encarga
de pagar las deudas.
¿Quién soy?
¿Qué hago acá?
Ya es hora
de que te preguntes
si querés tomar café con leche
todas las mañanas
apenas te despertás.

Soy el Maestro del Trip
estuve meditando
y resolví pedir prestado un bajo.
Bueno, nada, eso.
Te mando un abrazo.
Containers aplastados
fútbol 5 abajo de una higuera
y una caseta de chapas
con máquinas expendedoras de boletos
en mal estado.
Escritos con resaltador
los nombres de los clubes
de la zona norte:
Tigre, Platense, Excursionistas
Defensores de Belgrano.
Somos los restauradores de los años noventa
se dijeron tantas boludeces
que ya perdimos la cuenta.
Que fácil es la rima fácil.
Guardianes del Verso 0
Defensores del Verso 4
Excursionistas
de la causa del sacrificio
Mientras lavaba los platos
me corté el tendón del pulgar
La sangre manaba hacia arriba
y se la mostré a mis hijos.
Ahora ya no puedo disparar
como mi abuelo.
Ahora
ya no puedo
militar.
Los que se quedaron afuera
de la antología
están ahora en la cueva
escribiendo poesía
Era la noche de año nuevo
y habíamos tomado
Paramos con el auto abajo
del puente
de Alcorta
y bajamos
con unos Barón B en la mano.
Trepamos por un camino de tierra,
queríamos ver quién vivía
en las casillas de chapa
que veíamos desde los trenes
Un chico de tres años
saltaba entre los durmientes
Pasamos la noche con ellos:
champaña y confitería.
En esas casillas vivían
los que se quedaron afuera
de todas las antologías.
Soy el que ves
bajar por la montaña
Abajo
ya sé
se juntó una banda.
Quiero que me digas esas cosas
que no se dicen con palabras.
Somos grupos de autoayuda
cortados con la terapia
de la mala leche
Este es un juego
de rol
basado en los hechos que narró el apóstol.
Esta noche soy el precursor
Esta noche sos el salvador
Esta noche
hacé frío allá afuera
Espero que a los pibes que duermen en la rúa
no les falte una botella de tinto, un pelpa de frula.



Nota: nació en 1972 en Buenos Aires. Publicó La Raza (Siesta, Buenos Aires, 1998), La verdad láctea (Vox, Bahía Blanca, 1998) y La causa de la guerra (Siesta, 2001)y Aramburu (Vox)

2 comentarios:

  1. cuánta pelusa en el ombligo...

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  2. Hola Santiago siempre me gustaron tus poemas desde el 90 y pico en Puan te acordas ??? ahora soy Lic. y Prof. en Letras UBA y en 2013 me recibo de Abogado. Saludos de Gaston Espaniol.

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