lunes, 11 de julio de 2011

Sebastián Quiroga Torres



SOLILOQUIO

Es tiempo de que empieces a entender
que la muerte no es una sola…
Ya deberías haberte exiliado
en la tierra de tu deseo…
¿De qué te han servido las múltiples impresiones de tu memoria,
las vagas perduraciones de tu insistencia?...
No es verdad que los alcoholes
vayan a devorar las amargas concepciones
ni que vayas a ver la luz
haciendo esto o aquello para tu redención…
Si hay una forma de desconsuelo
ese es el humo
en que se corta tu noche quedando ciega…
Deberías revolcarte, como el viento, en el techo, contra sus chapas…,
gritar al borde de lo real que no ha sido…
Igual que el aplazo de días derrumbados
sobre una pieza irregular
que ya no tiene solución en tu rompecabezas





REDUCCIONES, SOPORES…

Después del whisky y otros sopores específicos,
nadie espera ver la última luz para su redención…

No es de una triste reducción, esto, de lo que hablo,
ni de una acotada mesura…,

ni siquiera de una objetividad inútil,
vista a través del vidrio empañado de una ventana
centrada en su cotidianeidad…

Todo sigue
y cae
donde se agitan imprecisiones
que devoraría la realidad…,

a la vez que, inútilmente, te lamentás
y vas igual que un perro insano
por no encontrar un pedazo de tierra
o surco
donde poner a caminar tus pies





UN INSTANTE DE DIÁLOGO (EN LA ESCENA)

Un whisky doble estará bien…
Alivianará la tierra que traigo como tatuada en la garganta…

(es obvio eso)…

No te lo he dicho: te sienta bien esa ropa…,
me trae viejos recuerdos…

Pero mejor no hablar de eso, ¿no?...


Estoy un poco cansado ahora…, en la ruta
sólo se veían cardos moviéndose
como un cliché de película,
un far west agotado…

Mientras viajaba, en medio de esa soledad específica,
bajo un sol viejo, insoportable, comiéndome la cara,
me pregunté cuántos miles de tipos como yo
-consumidos por el arte de su desidia-
serían suficientes para cambiar, un poco,
algo de todo esto…

Cosas así, pensaba…
Pocas iluminaciones. Ninguna certeza…

Esas cosas me hacen descostillar
por la carcajada que se me desprende
con sólo imaginarlo…

Y a veces llorar…

Todo es tan claro a medida que pasa el tiempo…


¿Te molesta si fumo?...


La vida, creo, no nos ha cambiado mucho
La noche sigue golpeándome igual…
Me sigue azotando…

Sí. Es cierto lo que decís
También lo que no decís
Lo que guardás torpemente
como en un archivo inconsulto…

Cosas así, siempre fueron tuyas…

Te ves más vieja
Me veo más viejo
Es lo simple…

La vejez es una pausa
que miramos todos los días pasar
renovándose…


Espero que no hagas de esto un sollozo continuo
Lo demás, también pasa…


Deberíamos quitarnos la ropa, pienso…
Pero tal vez tengas razón…,
en nosotros
eso es ya un uso anticuado,
anacrónico,
vegetal…

Deberían bastarnos, entonces, las palabras,
las pocas…

Aún para montar el simulacro
de creer una vez más
que el mundo todavía es nuestro





ORACIÓN JUNTO A PAUL CELÁN

Ciégate para siempre como quería Celán…
porque no es el dolor
ni el severo arco de tus desgracias
lo que come ahora de tu mano…

Deberías arder, arder,
no regresar,
cuando a esta hora la claridad se agita
como un error exacto
de tu voluntad…

Ciégate

No vengas a sacudir tus muertos
en esta instancia…

Estarías loco
proponiéndote al sueño de tu irrealidad…

De todos los éxtasis y exordios a tu condición
nada baja
sin recoger el pan que le has dado de comer…

Lo exigido sin demoras…

Ciégate
cuando el día toca
en lo áspero de tu soledad…,

porque perdida y muerta
está la sombra sin cumplimientos…,

la última
en que gira, colérica,
tu estancia en la tierra


Nota:Sebastián Quiroga Torres, 1978, Villa Mercedes (San Luis, Argentina). Escribe poesía y narrativa. Estudió Letras. Codirigió las revistas La regla (revista menstrual de literatura y afines) y -turas (revista de cultura y opinión).
Codirige interrup/ciones (revista objeto de poesía y arte contemporáneo, www.revista-interrupciones.blogspot.com), la cual recibe colaboraciones de diversos países.
Ha publicado en diversos medios independientes. Tiene inéditos los libros de poesía Fanerón, Zíngara Street y el libro de cuentos Polsky.
En la actualidad trabaja en los libros de poesía Diálogos con Porfirio y Bestias arreciarán.

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